Mal, los Yankees…
Mulos: pierden su cuarto juego seguido
Las Historias de beisbol: Cesáreo Suárez
Llegó la cuarta derrota consecutiva de los “adorables” Yankees y ahora los Rays están medio juego arriba de líderes en la División Este de la Liga Americana.
Y cuidado: “caballo que alcanza, gana”.
La verdad, juegazo de enormes latitudes.
Con empate a cero, Sergio Mitre recibió en la onceava tablazos de cuatro esquinas de Reid Brignac…¡y bye, bye,bye, mis queridos Mulos!
Es la primera vez en este año que los Mulos del Bronx pierden cuatro en fila india.
En esta negativa racha de los últimos días, los han dejado, vía el jonrón, dos veces en el terreno, usted dirá “la clase” de relevistas que se traen los orgullosos newyorkinos.
En tanto, CC Sabathia, con todo y tirar para ganar en ocho entradas completas, se quedó esperando el apoyo de sus compañeros y la ansiada victoria 20 de la temporada.
Bueno, lo mismo sucedió con su contrincante, David Price, quien a pesar de una salida de gran calidad (su mejor salida del año) se quedó en espera de su triunfo 18.
Andan mal los Yankees.
El pasado fin de semana fueron barridos por los Texas Rangers, su primera en su serie de tres juegos desde julio del 2009 en Anaheim.
Y al caer hoy, llegan a siete derrotas en sus últimos siete juegos (su única victoria, ante los Orioles, fue gracias a un cuadrangular de Nick Swisher en el último turno al bate.
Pero, fuera de eso… ni con CC pueden ganar.
Usted dirá.
Historias de beisbol
El colega historiador de beisbol, Cesáreo Suárez Naranjo, desde Coatzacoalcos, nos comparte este día un documento que se le gustará por su rico contenido:
Lo publicó en el periódico Gráfico Sur –saludos, Héctor Zaragoza– en su columna “En la caja de bateo”:
“En la primavera de 1931 los Yanquis de Nueva York andaban recorriendo varias ciudades, a fin de realizar sus juegos de entrenamiento, previos a la temporada regular. Y llegaron a Chattanooga, donde existía un equipo, los “Loockouts”, que militaba en la liga “Southern Association” cuyo dueño, Joe Engels, era un tipo excéntrico, y se le ocurrían unas promociones y shows espectaculares, para atraer a los aficionados (cosa que ya muchos empresarios han olvidado).
Era aquella época en que las mujeres también tenían sus equipos (¿recuerda aquella película “A League of their Own”, con Tom Hanks?), y Engels patrocinaba uno de ellos, “Las Engelets” (¡por supuesto!). El empresario – a quien llamaban “El Barnum del Beisbol” – logró convencer a los Yanquis para que sostuvieran un partido contra ese equipo, en el que militaba una chica, la cual - aparte de guapa -era una buena lanzadora.
Su nombre – Jackie Mitchell – lo registró la historia, pues llevó a cabo una “gran hazaña”, al darse el lujo de ponchar nada menos que ¡a Babe Ruth, Lou Gehrig y Tony Lazzeri!, todos ellos tremendos bateadores de los Mulos de Manhattan. Pero, como usted supondrá, estos grandes peloteros se han de haber prestado para que la muchacha se luciera; ¡total, no les costaba nada! ¿No cree usted? (1)
Y ya que estamos hablando “de historias”, nos vamos a otras. El 24 de Marzo de 2001 ocurrió una muerte “muuuuy lamentable”.
Los Diamondbacks de Arizona se enfrentaban, en un partido de entrenamiento, a los Gigantes de San Francisco. En el montículo estaba Randy Johnson y En la Caja de Bateo aparecía Calvin Murray.
El larguísimo lanzador mandó la pitcheada a una velocidad de 97 millas por hora; pero la pelota nunca llegó. Poco antes de que pasara sobre el plato – o que pudiera ser bateada por Calvin – se escuchó algo así como un estallido: ¡pofff! ¿Qué fue lo que sucedió? Pues nada menos que a un imprudente ejemplar de la familia de las ‘colúmbidas’ (¡una paloma, pues’n!) se le ocurrió planear cerca del suelo, y el lanzamiento de Randy la hizo “polvo”.
Volaron plumas por todos lados, ante la mirada atónita de todos los presentes. Era una situación que las reglas no contemplan, así que el umpire, el mexicano Alfonso Márquez (mientras se quitaba una pluma que había caído en su gorrita) tuvo que recurrir a la parte especial de la regla 9 del “librito”, y cantó, a viva voz (en inglés): ¡Dead bird, dead ball! ¿Cómo la ve? (2).
Bodas en estadios…
Revisando mis archivos me encontré que, a mediados de 1988, el pelotero Leobardo Guerrero contrajo matrimonio con doña Lupita (con quien ya llevaba 15 años de estar unido). Pero resulta que esa boda se realizó ¡en pleno parque de pelota! El juego, que se iba a realizar en Mérida, se había suspendido por lluvia; pero eso no fue obstáculo para efectuar la boda, y todos los compañeros de Leo no perdieron el tiempo, y lo acompañaron en ‘ese paso tan difícil’, con Maximino León y su esposa como padrinos. (3).
Eso no es nada nuevo – dirá usted – pues echando una mirada al pasado, está cuando se casó “El Chucumite” Lino Donoso en el Parque del Seguro Social, mientras jugaba para los “Tigres de Peralta”, allá por la década de los años cincuenta (¿amenizaría la ceremonia el buen “Chacumbele?). También Aurelio López “El Buitre de Tecamachalco” se “matrimonió” (no recuerdo si fue en 1973 o 1974). Otro que también lo hizo (según oí) fue Jerry Hairston.
Pero vea usted esta historia, bastante simpática. En 1950, un jugador de la organización de los Medias Rojas, Norman Zauchin, quien cubría la primera base para el equipo sucursal, Birmingham, buscó atrapar un batazo de foul muy cerquita de los palcos que están por el lado derecho. Norman “cachó” el elevado, pero no pudo evitar caer sobre el regazo de una muchacha, la cual había ido al juego acompañada de sus padres.
Mientras la chica lo miraba, sorprendida, a Norman sólo se le ocurrió decir ¡hola!, al mismos tiempo que trataba de ponerse de pie. Pero a los padres de la joven – Janet Louise Mooney – les cayó bien el muchacho, y lo invitaron a cenar (¡para qué lo hicieron!, pregúntome yo). Los jóvenes se hicieron novios, y a Norman lo ascendieron al equipo grande.
Pero como los Estados Unidos estaban enfrascados en la Guerra de Corea, llamaron a Zauchin a prestar servicio militar. Así que rápidamente, antes de reportarse, contrajeron matrimonio, el 16 de Febrero de 1952. ¡A éste sí que lo atraparon! (4).
NOTAS: (1) Esta historia es la historia de la cual te hablaba, mi buen Jesús, y está tomada (traducida y adaptada) del artículo que apareció en las páginas del “Baseball Register” publicado por TSN a principios de 1953, escrito por Frederick G. Lieb, acerca de la vida de JOE ENGELS. Engels era todo un “tipazo” -según palabras de Lieb - y fue uno de los preferidos de Carl Griffith entre las décadas de los años diez a los cuarentas del siglo pasado. Por algún tiempo constituyó “el cuerpo de buscadores de los Senadores, de un solo hombre”. Llevaba a cabo promociones tales como regalar una residencia completa, con todo y coche; cambiar a un jugador ¡por un pavo!; ponía en escena - en el mismo campo de beisbol - algunos shows espectaculares, como una cacería de “elefantes” (hombres disfrazados), o de liebres. Pero su acto más espectacular - a mi modo de ver - es cuando llevó a cabo la venganza del general Custer, tomando como “patiño” a aquel Indio Arkaketa, que jugó en la Liga Mexicana, a principios de los años cuarenta, quien se prestó para que “le cortaran el cuero cabelludo”. Engel descubrió muy buenos jugadores, tales como Bucky Harris y Joe Cronin (con este último, hasta la hizo de “Cupido”, con la hija adoptiva de Griffith).
Después de haber hecho esta nota (el día de ayer), hoy consulté el Internet (pocas veces lo hago) y busqué los datos sobre Jackie Mitchell – precisamente. A lo que voy es que tomo más de cierto lo que dijo Fred G. Lieb en su artículo - de que ello ocurrió siendo la chica integrante del equipo femenil de las “Engelets”, que con el equipo profesional de hombres “Loockouts”, como dice el dato de Internet. Si fue una cosa u otra, la anécdota es lo que vale. Pudo haber sido (y esto es suposición mía, que perteneciendo al equipo femenil, Jackie haya sido habilitada – para ese juego de exhibición – para formar parte del equipo de varones. ¡It could be, as Chicaspeare’s Hamlet said!
(2) La anécdota, la cual yo ya conocía, la adapté tomando parte de lo que apareció en el Major League Baseball 2002.
(3) Sobre el matrimonio de Leobardo, apareció en una edición del Super-Hit, de aquel año.
(4) Adaptado de la anécdota que salió en Major League Baseball 2003; y complementado con datos tomados de “Baseball Register”, de los años cincuenta”.
beisrubio@gmail.com