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Mircoles, 17 de Abril de 2024
Septiembre 12, 2011 > Diga que yo lo dije

Somos tristemente esclavos de la ignorancia y la depravación del poder económico-gubernamental

Por Juana María OlguínComo todos quedé sometida al doloroso recordatorio del 11/S en su décimo aniversario, solo para confirmar que en ese ataque el gobierno de E.U. es responsable. Y urge que en México encontremos y rápido las similitudes de éstas perversiones que se gestan desde el poder del Estado.

La televisión estadounidense y el resto de los medios dedicó amplios espacios a los hechos ocurridos hace una década, y la mayoría, más los que pertenecen a connotados representantes de la extrema derecha de Estados Unidos fueron a los lugares comunes de los huérfanos, de las viudas y de todos quienes perdieron a un ser amado. Entiendan es la máxima consagración al espíritu de unidad, patriotismos, de…sí, claro de universalizar la estupidez con que fueron y sacrificaron a la población civil en Afganistán. Insisto es alucinante ver caer esos mega edificios en implosiones que solo pudieron ser programadas, nunca resultado de aviones contra ellos.

Pero mejor aún los vínculos del gobierno con Osama Bin Laden, y la pronta acción para sacar en un avión fletado a toda la familia del presunto responsable de la máxima hecatombe ocurrida al país más poderoso sobre la faz de la tierra. Justo en una de las torres operaban oficinas de la CIA, ese conglomerado hacía apenas 6 semanas que había sido comprado, y al que su nuevo dueño había adquirido una póliza carísima y contra actos terroristas ¿Es que acaso sabía de algún peligro inminente?

Los ataques y las versiones que dio el gobierno, aceptadas y divulgadas por la prensa dieron pie para que las grandes dudas fueran entonces inmensas y que se creara toda una estela de sospechas y evidencias de que se trató de una farsa impulsada por un gobierno que buscó forzadamente tener “razones” políticas para ir e invadir otra nación, matar a placer, en nombre de sus propios muertos, en un acto de venganza aplicada contra una población civil inocente, a la par detona la industria bélica propia y la de su socio comercial Israel.

Fue alrededor de las 8:46:26 a.m.de aquel 11 de septiembre del 2011: un avión, supuestamente de pasajeros, impacta los pisos superiores de la torre norte del World Trade Center, en Nueva York, de 110 pisos de alto. Varios camarógrafos que se hallan en la zona, con equipos de transmisión a control remoto, filman el hecho que, al instante, es divulgado al mundo entero.

9:02:54 a.m.: un segundo avión, de pasajeros, se estrella contra los pisos superiores de la torre sur del WTC, gemela de la anterior. Los propios camarógrafos que se hallan en el área de la torre norte desde antes de ser impactada, filman este nuevo ataque que, también, es transmitido al mundo entero, en vivo, por televisión. ¿Se trata de camarógrafos con poderes de oráculo ó qué?

9:37 a.m.: “algo” que el gobierno dice es un avión, pero todas las evidencias señalan que no lo es, impacta un ala del Pentágono, en Washington, que está siendo reparada, provocando la muerte de decenas de obreros y… ni un solo militar.

9:59:04 a.m.: la torre sur del WTC se derrumba hacia dentro –implosión— como hacen los edificios cuando son demolidos con explosivos; 10:03 a.m.: una cuarta nave aérea se estrella en Pennsylvania mientras vuela de regreso a Washington; las evidencias señalan que es derribada por un avión de combate. 10:28:31 a.m.: la torre norte del WTC se desploma, también hacia dentro.

5:20 pm: se derrumba, hacia dentro también, el edificio número 7 del WTC, de 47 pisos, del que jamás el gobierno ha dado explicación alguna sobre este rarísimo hecho, ya que ese edificio ni fue impactado por un avión ni pudo ser incendiado por el fuego de las dos torres, ya que se hallaba a más de setenta metros de distancia, ni pudo ser impactado por los escombros de las dos torres derribadas, ya que éstos cayeron hacia dentro.

La versión  del gobierno federal y la prensa corporativa es que cuatro aviones fueron secuestrados por terroristas del grupo al-Qaeda, que dirige Osama Bin Laden. El ataque fue dirigido por el egipcio Muhammad Atta, quien tomó los controles del Vuelo 11 de American Airlines.

En esta versión, el gobierno federal no sabe que tales hechos iban a suceder.

Versión 2: los hechos sucedieron como ya lo dijo el gobierno solo que con el conocimiento previo de Bush, Cheney, Rumsfeld y otros malhechores, para: Justificar las invasiones a Afganistán e Irak y los bombardeos a Pakistán; Aumentar el poder del Imperio en el mundo globalizado; pero muy especialmente elevar los gastos militares a cifras astronómicas para aumentar la riqueza de la industria bélica, la más importante del Complejo Militar-Industrial-Terrorista.

Estos aspectos explicarían los hechos tan dudosos que acaecieron aquel día, sobre todo la muy extraña actuación de la Administración Federal de Aviación (FAA: Federal Aviation Administration) y del Comando Norteamericano de Defensa del Espacio Aéreo (NORAD: North American Aerospace Defense Command), que nada hicieron para evitar los ataques posteriores al primero.

Los aviones impactaron las torres, pero éstas fueron destruidas no por el calor provocado por el fuego, “que debilitó las estructuras metálicas”, según el gobierno federal, sino por cargas de dinamita que habían sido colocadas en las bases estructurales de los edificios antes de los impactos, al igual que, siete horas después, se haría con el edificio de 47 plantas. Si esta versión es cierta –y es la que más positiva parece--, las poderosas cargas tuvieron que haber sido colocadas antes de que el Vuelo 11 impactara la torre norte, o sea antes de las 8:46 a.m.; y todo lo que sucedió tiene que haber sido parte de un plan trazado previamente.

Dije al principio que somos esclavos de la ignorancia y de la desinformación y por consecuencia de la manipulación.  Nos hemos convertido en zombis divulgadores de una mentira ampliamente generalizada que de tanto repetirse se convierte en verdad absoluta. Por todo lo anterior es urgente que encuentren las similitudes del 11/S con todo lo que ocurre en éste país de caricatura en que vivimos.

Enumerar los abusos cometidos contra el pueblo mexicano por Felipe Calderón y sus secuaces a estas alturas es innecesario y podría resultar un acto de auto flagelación; pero bajemos un poco más la vista al estado temerario en que se encuentra Sonora. Me da escalofríos pensar siquiera a qué más se puede atrever ésta administración estatal. Hasta donde les dará su mente retorcida para someter a los que declaran “contrarios” ¿Hasta tener sus cadáveres?

En serio, seremos esclavos de éstos gobernantes mezquinos, represores, abusivos, distorsionadores de la realidad; impulsores de mentiras, calumnias e infamias hasta que queramos, hasta que hurguemos con serenidad en que hay detrás de tanta arrogancia y soberbia. Y que investiguemos que los empuja a asumir conductas delictivas y peligrosas contra los ciudadanos. Quienes al final son microscópicos ante las ruedas de éste desenfrenado y enfermizo ejercicio del poder. Lo esperanzador es que…ya falta poquito.



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